Hoy usamos pantallas todos los días: para estudiar, jugar, mirar videos o hablar con amigos.
Pero a veces ese uso puede volverse excesivo y empezar a afectar cómo nos sentimos.
Cuando una persona no puede dejar de jugar o revisar las redes, aunque le haga mal, hablamos de consumo problemático digital.
Hay una diferencia entre usar, abusar y volverse adicto:
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	Usar: disfrutar de la tecnología de forma equilibrada.
	
 
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	Abusar: pasar demasiado tiempo conectado y dejar de hacer otras cosas importantes.
	
 
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	Adicción: no poder controlar el tiempo ni las emociones frente a las pantallas.
	
 
Para cuidar nuestro bienestar digital, es importante:
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	Tomar pausas y desconectarse.
	
 
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	Hablar con adultos de confianza.
	
 
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	Hacer actividades sin pantallas.
	
 
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	Usar las redes con empatía y respeto.